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Parque Nacional de los Lagos de Plitvice
Es, probablemente, uno de los lugares más hermosos y menos
conocidos de Europa, tal vez los años de su pertenencia a la república de
Yugoslavia
ha propiciado el escaso
conocimiento del lugar en el occidente europeo, y tal vez también, en ese
desconocimiento radica su actual y enorme encanto.
Croacia es un país de contrastes, con una arraigada historia
y monumentos que figuran en los manuales del avezado visitante y sin embargo,
uno de los lugares de mayor belleza de tan hermoso país es muy poco conocido en
el resto de Europa. Hasta no hace mucho, nunca había oído hablar de los lagos
de Plitvice y menos aún, me había deleitado con alguna de sus imágenes. Desde
luego, cualquier visita que se haga a Croacia sin conocer este Parque natural,
en mi opinión, discutible claro está, es una visita perdida.
Situado en la región de Lika, muy cerca de la frontera con
Bosnia-Herzegovina
y no demasiado lejos
de la costa del Adriático, el parque nacional de los lagos de Plitvice fue
declarado como tal en 1949 por el estado yugoslavo. En 1979 la Unesco catalogó
el parque natural como patrimonio de la humanidad y amplió dicha catalogación
en el año 2000.
El parque tiene una extensión aproximada de 30.000 hectáreas en su mayor parte
cubiertas de bosque, un bosque cerrado compuesto por hayas, abetos y piceas
fundamentalmente.
En las muchas fuentes y manantiales presentes en el Parque Nacional, nace el
rio Korana. Las particularidades que convierten en único el lugar tienen que
ver con el tipo de roca que compone la geología presente, roca caliza que
genera fenómenos kársticos a causa de su disolución por el efecto de la
abundancia del agua en la zona. Razón también por la que los manantiales tienen
facilidad para alcanzar la superficie y los cursos de agua adquieren formas
caprichosas y generan cascadas y cataratas de singular belleza en un elevado
número, en total se contabilizan 92 que hacen las delicias de visitantes y
enamorados de la naturaleza, fotógrafos y videoaficionados. Cascadas y
cataratas alimentan a 16 lagos de distintos tamaños que dan nombre al parque y
sobre todo, marcan el alma del lugar con sus aguas limpísimas de un hermoso
color turquesa.

Las zonas lacustres tienen distintas alturas, razón por la que los biólogos
locales las dividen en dos, los lagos altos, a más de 630 metros del nivel del
mar, con riberas de elevaciones suaves y rodeadas de bosques, y los lagos
inferiores, con una altitud media de 500 metros sobre el nivel del mar y sus
riberas forman gargantas y cañones de cierta profundidad. Lógicamente es esta
diferencia de altura entre los lagos altos y los inferiores lo que genera las
cascadas y las cataratas que significan la mayor de las bellezas del lugar
cuando el agua salva las diferencias de altura con caídas singulares. El más
alto de los lagos, el Proscansko es el menos visitado, el más grande y
tranquilo del Parque, debido a que las cataratas son, por lógica, los lugares
más apetecidos por los visitantes, tal vez por ello es el que se encuentra en
un estado prístino, perfecto. La cascada más visitada es probablemente la
conocida por el nombre de Sastavci, la fuente del rio Korana. Pero si hermosa
es la hidrografía del lugar y la flora que cubre sus elevaciones y riberas, no
lo es menos la fauna que tiene en Plitvice su hogar. En especial los biólogos
se enorgullecen de la presencia en sus bosques de hermosos ejemplares de oso
pardo, pero con el gran oso europeo comparten el entorno el lobo, y felinos
salvajes como el lince y el gato montés, además de aves como el águila, el búho
y el urogallo y hasta 126 especies diferentes conocidas por los cuidadores del
entorno privilegiado de este Parque Nacional Croata.
Los visitantes tienen a su disposición algunos alojamientos en el entorno y las
visitas disponen de un recorrido por alguno de los lagos en pequeños barcos de
propulsión eléctrica para no mancillar el entorno. La visita ha de hacerse a
pie, sin salirse de los senderos marcados, muchos de ellos cubiertos de madera
que impiden el deterioro del suelo, principalmente compuesto de travertino, un
material que se produce por la decantación y sedimento de las diluciones de la
piedra caliza por el agua presente y que es extremadamente delicado a los
efectos de la presión de las pisadas. Además, esos caminos de madera están salpicados
de puentes que permiten una magnífica observación de las cascadas desde lugares
que serían de imposible visita si no fuera por estas construcciones que por su
diseño y materiales empleados, en nada deterioran el medio ambiente del paraje
en el que se levantan.
No es de extrañar pues que Plitvice fuera candidato a inscribir su nombre entre
las siete maravillas del planeta en el año 2011 y si no fueran siete las
elegidas, seguro que formaría parte de tan justificado título.
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